11.9.06


Hace poco comencé a traducir un ensayo, escrito por un escultor contemporáneo llamado Michael Betancourt, titulado "el aura de lo digital". E inmediatamente me hizo pensar en lo siguiente:
veamos por un momento esta página. Contémplenla por unos segundos y luego lleguen a la siguiente conclusión: Nunca, nunca NUNCA va a envejecer. Siempre estará igual. Los colores y las formas, que son el resultado de una codificación que sostiene su representación visual en el monitor, bien podrán variar de computadora en computadora, pero jamás de los jamases se van a ver más viejos. Pasarán de moda los estilos, los criterios de diseño y conformación de la página que sostiene estos tipos de información (un blog), pero nunca veremos un proceso de deterioramiento de estos nuevos soportes de información. Lo mismo puede decirse de cualquier archivo digital, en audio, en imagen, en video. . .
Imagínense que los blogs comenzaran a dejar los mismos rastros del tiempo que alguna vez dejaron los diarios. ¿Podrá acaso suceder en algún momento? ¿Entrar a un blog sólo para encontrarse con telarañas, las esquinas de la página roídas por el tiempo, una que otra mancha de polvo, quizá un borrón de tinta en una porción de los caracteres?
Tendría que generarse, claro está, un programa que se dedicara a "envejecer" las páginas de internet, para poder simular el tiempo que han durado. Lo digital está desprovisto de arrugas. ESE es precisamente el aura de lo digital.
Aun no sé si eso es bueno o malo.